martes, 16 de octubre de 2012

Caminando hacia nuestros sueños.

- Asegurense de que su sueño sea estimulante y no inmovilizador.
¿Tenemos algún sueño? Deberíamos, porque los sueños y proyectos de futuro le aportan energía y entusiasmo a nuestra vida. Pero cuidado, porque los sueños pueden ser tanto un estímulo como una trampa para el estancamiento. ¿Cómo saberlo?
Pregúntense si estamos haciendo algo para realizar nuestro sueño, es decir, si nuestro objetivo está ya en proceso, o bien si lo utilizamos meramente como una forma de resignación (eso es lo que me gustaría hacer, si pudiera) para justificar por qué no encuentramos satisfacción en tu vida.
Un ejemplo del primer caso es cuando una niña sueña con que de mayor será actriz o periodista o médica o astronauta, y la vida que hace está llena de gestos e intenciones en esa dirección: aprendamos sobre el tema, empecemos  a practicar (hacer su sueño realidad) a la menor oportunidad, etc.
Un ejemplo del sueño-trampa es cuando una persona que vive y trabaja en la ciudad  y asegura que su ideal sería vivir en la montaña rodeada de caballos, pero no hace el menor gesto en esa dirección (ni en relación a la montaña ni a los caballos); o cuando asegura que su ideal de vida feliz sería vivir viajando, sin embargo, su día a día (incluso en vacaciones) es marcadamente sedentario.
Prestemos atención, porque el sueño-trampa nos permite acomodarnos en la insatisfacción y nos da permiso para la queja y los fracasos reiterados (no aprender nada de la experiencia), porque acaba siendo utilizado como respuesta a todos los males.
Éstas son las cinco claves para relacionarnos con los sueños que aportan felicidad a nuestras vidas:
1. Tenerlo. Obvio, ¿no? El sueño nos impulsa en una dirección, nos motiva, le da significado a lo que hacemos. Y es una gran causa de alegría. Pongamos un sueño (o más) en nuestra vida.
2. Explicarlo. Cada vez que lo contamos, alcanzamos a desarrollar más detalles, el sueño crece y toma más cuerpo, se hace más real.
3. Escribirlo. Esto nos permitirá leerlo más tarde y no olvidarlo. Escribamos los detalles, el proceso, cómo afrontaremos los posibles imprevistos.
4. Visualizarlo. Nuestra mente es energía y tiene el poder de crear cosas. Cada vez que pensamos en nuestro sueño, lo visualizamos, le damos forma y los sentimos, lo hacemos más real. Si nos emocionamos con él, para nosotros ya es real. En la medida de lo posible, actuemos como si ya lo hubieramos conseguido.
5. Trabajar en él. Pongámosle mucha voluntad y manos a la obra. Informense, formamense, empecemos a practicar cada vez que la ocasión nos lo permita. Perseveremos cada vez que nos enfrentes a una dificultad. Pónganle paciencia y humildad, pero en acción. Sientan ya quien quieren llegar a ser y actuemos como actuaríamos una vez realizado nuestro sueño. Porque ya estamos en él.
Espero que lo pongan en práctica!
Hasta mañana, cariños y sonrisas
Irene






No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario.
Todo me alienta para seguir buscando y compartiendo artículos que nos hagan sentir mejor y con mayor bienestar psicológico.
Cariños y sonrisas